El abuso sexual infantil va desde mostrarse
desnudo ante un menor con intención de inquietarlo, o pedirle que te muestre su
cuerpo para verlo o fotografiarlo. Mostrarle escenas o fotografías obscenas,
hacerle caricias lascivas, morbosas, aunque no sea en sus genitales.
Estas son algunas cosas que son abuso
sexual y que no sabías. Además, te decimos qué hacer en caso de que tu hijo
haya sido víctima.
El abuso sexual infantil va desde mostrarse
desnudo ante un menor con intención de inquietarlo, o pedirle que te muestre su
cuerpo para verlo o fotografiarlo. Mostrarle escenas o fotografías obscenas,
hacerle caricias lascivas, morbosas, aunque no sea en sus genitales.
Es muy importante que los padres sepan que
los abusadores son especialistas en buscar el momento y el lugar perfecto para
no ser descubiertos. Se ha comprobado que en más del 80% de los casos el
abusador forma parte del círculo familiar.
¿Cómo puedo saber si mi hijo ha sido
víctima si no me lo dice?
Generalmente notarás un cambio en su conducta
habitual. Si ya controlaba esfínteres ahora moja la cama o se muestra enojado
sin causa aparente. Puede ser defensivo cuando lo quieras asear o bañar. Otros niños
se tornan callados y melancólicos cuando generalmente eran alegres y extrovertidos. Sus dibujos también pueden reflejarlo, por
ejemplo si remarcan los genitales o los dibujan. Otros se estimulan con las
manos o frotándose con los muebles.
Es importante señalar que un solo síntoma
no es concluyente; es decir, si moja la cama un día no necesariamente nos está
reflejando un abuso, puede a ver otras causas. Inclusive el haber bebido más
agua que de costumbre.
¿Qué hacer si tu hijo fue víctima de abuso
sexual?
Lo primero y más importante es la
prevención. Por muy pequeño que sea tu hijo o hija deben saber que su gran
poder radica en su voz. No solo para decir “¡NO!” sino también para contarlo a
los adultos que los puedan proteger.
Si el abuso sexual ya ocurrió y tu hijo te
lo cuenta o por alguna frase lo deduces debes ser muy cuidadoso al preguntarle
y no mostrar alarma o enojo porque de tu reacción depende que te siga contando
o tema ser regañado o culpado.
Muy probablemente dirá algo y después no va
a querer seguir con el tema y debes respetarlo. Espera una nueva oportunidad o
acércarle una hoja y colores para que te dibuje lo que sucedió; pero siempre
hay que creerles porque los niños no inventan estas cosas.
Cuanto más pronto lo cuenten menor será la
secuela. Las personas que guardan este secreto por años se viven como “objetos
dañados” y eso marca su vida; sin embargo, si logramos detectarlo antes,
podemos resignificar la experiencia; es decir, rescatar la autoestima para
sacarlos adelante.
Siempre hay algo qué hacer para recuperarse
de un abuso, pero el primer paso es contarlo.
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